La verdad es que fué una mañana de domingo espléndida en todos los sentidos: excursión fabulosa, mucha gente (estábamos casi 30), día espléndido e inmejorable (el sol brilló hasta dentro de la cueva ;-) y muy buena compañía. Visita incluida al pórtico de la iglesia de Larraona.
Desde allí, Larraona, en Navarra, donde aparcamos los coches, subimos pista arriba (menuda pendiente) hasta la ermita de San Benito, a la que llegamos en algo más de media hora, y sudando. Alli hicimos la primera foto de recuerdo del grupo donde aparecemos todos, Laika y Paul incluidos.
Desde la ermita hasta la cueva, un paseo llano de otra media hora precioso por los valles verdes, que nos llevaron hasta la entrada de la cueva. Menos mal que Jose Miguel y alguno más ya se lo conocían porque si no nos habríamos pasado de largo.
La aventura en la cueva estuvo genial, reptando entre escaleras, estalactitas y estalagmitas, esquivando charcos y escabulléndonos entre huecos angostos (bueno, le estoy poniendo bastante literatura para hacerlo más emocionante aún). Pena de equipamiento
cutre que llevábamos (había que ver la colección de linternas que teníamos, desde frontales que no funcionaban hasta linternas a manivela, pero bueno). A pesar de ello, disfrutamos de la oscuridad, del silencio (¿?) y de la humedad, pero nos gustó mucho, y al menos algunos ya estamos pensando en volver.El merecido bokata a la salida (ese si que no era cutre), al sol o a la sombra bajo una gigantesca haya que señala la cueva nos supo a gloria. Luego en otra horita escasa ya estábamos de vuelta en Larraona.
Al final y ya entrada la hora de comer, terminamos celebrando el cumple de Ernesto en el bar de Zurbano.
Quedamos de nuevo muy animados a seguir organizando excursiones y otras actividades (ver la entrada de más abajo), así que ¡¡iremos a por más!!!
Animaos a proponer nuevas ideas.
Saludos,
Ángel
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