En la foto semanal (que ya se está convirtiendo en costumbre) hoy toca un rinconcito casi escondido de Zurbano que brilla con el sol como ningún otro. Su cuidadísima piedra y los maceteros llenos de gitanilla roja le dan ese toque precioso y tranquilo de una tarde cualquiera de otoño. Tuve la suerte de pillar el día soleado, que este año no tenemos muchos, la verdad.
Con esta foto nos acercamos más quízá a la intimidad de las personas, así que si alguien se molesta por ver su casa en el blog que me lo diga, por favor, y la retiro de inmediato.
Como siempre, gracias por pasar.
Un saludo,
Ángel.
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